Síndrome de Piernas Inquietas
El Síndrome de piernas inquietas, un trastorno que puede modificar tu vida.
Aunque el síndrome de piernas inquietas (SPI) o enfermedad de Willis-Ekbom fue descrito de forma exhaustiva por primera vez en los años 40, ha sido en los últimos 20 cuando éste no solo ha tenido una mayor atención por parte de los especialistas sino también en el avance de soluciones para mejorar la calidad de vida de quienes la sufren. ¿En qué consiste este trastorno? (LEER MÁS)
Cuando hablamos del síndrome de piernas inquietas, hablamos de un trastorno sensitivo y motor que empuja a la necesidad imperiosa de mover las piernas, generalmente acompañada o causada por una sensación desagradable, de dolor o malestar en las piernas. Estos síntomas aparecen y se agravan en situaciones de inactividad, como estando sentado o tumbado. Y desaparecen, o mejoran de forma sustancial con el movimiento o el estiramiento de las piernas, al menos mientras dura la actividad, aunque eso sí pueden reaparecer inmediatamente al cesar dicho movimiento.
La necesidad imperiosa de mover las piernas se parece a una compulsión, como a una sensación de estar padeciendo a un tic. Quien lo sufre puede controlarla durante un tiempo, pero cuanto más está sin moverse mayor es siempre la urgencia de hacerlo. Al mover las piernas notará un alivio pasajero que pronto se sustituye por las ganas de moverse de nuevo. Y uno de los grandes inconvenientes de este trastorno es su repetición al dormir pudiendo estar acompañado por trastornos del sueño y movimientos periódicos e involuntarios de las piernas durante el sueño y durante la vigilia. Según estudios en común de la Sociedad Española de Neurología y la Sociedad Española del Sueño, el 65% de quienes sufren el síndrome de piernas inquietas tienen antecedentes familiares que sufren o han sufrido dicho trastorno y según el informe “Recomendaciones diagnósticas y terapéuticas” existen diferentes tipos de personas con más posibilidades de sufrirlo como personas con alteración en la disponibilidad de hierro, embarazadas, personas que sufren de insuficiencia renal, diabetes, esclerosis múltiple, artritis reumatoide o fibromialgia, entre otras.
Cómo tratar el Síndrome de piernas inquietas
Aunque no se trata de un trastorno peligroso, lo cierto es que el síndrome de piernas inquietas sí que pueda alterar la calidad de vida y de sueño de los pacientes que la sufren. A día de hoy, el SPI no tiene cura aunque se ha avanzado el tratamiento para aliviar los síntomas donde cambiar ciertos hábitos en el estilo de vida puede ayudar a hacer frente a la afección y aliviar en la medida de lo posible los síntomas. A la hora de tratar el síndrome de piernas inquietas es aconsejable dormir lo suficiente, alrededor de las ocho horas diarias y asegurarse de que se hace en una cama cómoda. También es recomendable probar el uso de compresas calientes en las piernas para evitar los movimientos. Probar a ayudar a relajar los músculos con estiramientos suaves, masajes y baños calientes. E incluso practicar tareas de relajación como yoga o meditación que ayudarán a paliar la tensión, también la de las piernas. Evitar la cafeína, el tabaco, el alcohol y, cómo no, el consumo de drogas debe ser una prioridad máxima de cara a evitar el empeoramiento de los síntomas.
Terapia Cpap
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